El símbolo de la moneda del euro se presentó oficialmente al público el 12 de diciembre de 1996. Un año antes, el Consejo Europeo tomó una decisión final sobre su nombre: EURO. Aunque, la historia de la moneda comenzó con mucha lista de espera, a mediados de la década de 1940.
Historia del símbolo del euro
En la nueva moneda universal todos los países europeos vieron la forma de preservar el guisante en el continente, y los gobiernos empezaron a pensar en ello desde los años 40 del siglo pasado. Se creía que las fuertes relaciones financieras, sociales y políticas anularían la amenaza de guerra.
Estas grandes esperanzas en la nueva moneda también requerían una expresión gráfica única. La Comisión Europea se tomó el asunto en serio y ordenó un concurso con varias rondas.
Esta historia no estuvo exenta de misterios. Todavía no se sabe al 100% quién se convirtió en el ganador del concurso y el autor del cartel de fama mundial. Lo único que se sabe con certeza es que el jurado eligió al ganador entre más de 30 opciones.
Hay varias versiones sobre el autor. Algunos creen que este es el diseñador jefe de la Comunidad Europea, Arthur Eisenmenger, quien lideró el desarrollo del símbolo de la bandera de la UE. Otros creen que el autor es Robert Kalina, el diseñador jefe del Banco Central de Austria. Algunos atribuyen la autoría no a una persona específica, sino a todo un grupo de desarrolladores.
Es sorprendente, pero la Comisión Europea se abstiene de comentar. Así que todo el mundo conoce al autor de, por ejemplo, el diseño del propio billete, pero no al autor de la marca gráfica del euro, uno de los símbolos más famosos del mundo.
La descripción oficial de la marca, elaborada por la Comisión Europea, describe la imagen como una combinación de los siguientes componentes:
- El épsilon griego como referencia a Grecia, cuna de la civilización europea;
- La letra E – el símbolo de Europa;
- Las líneas paralelas cruzan el signo y representan la estabilidad de la moneda.
Además de la interpretación oficial, las teorías e interpretaciones se multiplican. Por ejemplo, si se considera autor a Arthur Eisenmenger, podemos suponer que se trata de la primera letra de su apellido. Las dos líneas paralelas entre sí y cruzando el arco del signo hacen que parezca la letra «Is» del alfabeto eslavo antiguo.
Cierto inconveniente está asociado con el hecho de que el símbolo del euro no es un signo, sino un logotipo, creado por los esfuerzos de consultores en estándares de identificación visual. Es decir, debería tener el mismo aspecto en todas las codificaciones y fuentes. El espécimen es un signo bastante específico que tiene parámetros fijos. Sin embargo, existen diferentes variantes de escritura.