El logotipo de larga trayectoria, conocido por el familiar globo terráqueo de Pepsi situado a la izquierda del nombre corporativo, ha sido oficialmente retirado tras su uso desde 2001. Su sucesor es un emblema más complejo, similar a una insignia: una «P» estilizada que surge de una línea curva. El logotipo, que se asemeja a una sonrisa, está enmarcado por una hoja y una gota. La hoja representa la línea de snacks a base de cereales de la compañía, mientras que la gota refleja su negocio de bebidas. PepsiCo describe la sonrisa como un guiño a su renovado enfoque en la experiencia del cliente.
La «P» se extiende hacia arriba como una sutil sonrisa, con la hoja y la gota a cada lado. Hacen referencia a lo que produce PepsiCo, pero el logotipo transmite una sensación más humana que funcional. Al pasar junto a los estantes de Doritos o Mountain Dew, los productos resultan familiares; pero ahora la propia compañía se hace notar discretamente, haciéndose notar sin eclipsar las marcas conocidas.
PepsiCo finalmente da un paso al frente. Durante años, la compañía se mantuvo en un segundo plano tras los snacks y refrescos que tanto gustan. Ahora es el momento de que la empresa brille con luz propia.
El cambio se verá reflejado en los envases a lo largo del próximo año y ya se ha incorporado a la página web de la compañía. En redes sociales, PepsiCo planea compartir publicaciones que expliquen el simbolismo: la hoja, la gota, la sonrisa. Es una imagen de marca pequeña y sutil, pero importante. Al fin y al cabo, el reconocimiento se basa en la coherencia y la presencia, no solo en un diseño ingenioso.
El eslogan bajo el logotipo dice simplemente: «Comida. Bebidas. Sonrisas». Tres palabras que capturan la discreta ambición de la compañía: hacer feliz a la gente, un bocado o un sorbo a la vez. Es sencillo, humano y cercano; algo que una estadística o un gráfico jamás podrían transmitir.
Según los expertos, el logotipo es una forma ingeniosa de unificar visualmente una empresa tan extensa. En lugar de depender únicamente del reconocimiento de sus productos, PepsiCo ahora cuenta con una marca que habla por sí sola, un símbolo que conecta papas fritas, refrescos y cereales bajo una identidad sutil y unificadora.
A primera vista, puede parecer insignificante: una letra, una curva, una hoja, una gota. Pero el poder reside en los pequeños detalles. Nos recuerda que una empresa puede ser a la vez enorme y cercana, global y personal. El nuevo logotipo de PepsiCo no grita. Sonríe, y quizás sea precisamente eso lo que lo hace memorable.
